Mejillones en salsa picante (tigres)

 

 

 

GRADO DE DIFICULTAD: FACIL

INGREDIENTES PARA  4-6 RACIONES

 

1 kg. de mejillones

3 tomates maduros

1/2 cebolla

1/2 vasito de vino blanco seco

1 cucharadita de azúcar

50 ml. de aceite de oliva

guindilla

Sal y pimienta

 

ELABORACION:

 

Limpiar bien los mejillones, retirando con un cuchillo las adherencias y los hilos que sobresalen dando un tirón rápido y, si se resisten, cortándolos con una tijera. En el último momento enjuagarlos con agua fría y comprobar uno a uno que están vivos. Para ello nos tenemos que fijar en que estén cerrados (o que se cierran cuando les damos un golpecito con el cuchillo). Los que permanecen abiertos los tiraremos.

Los ponemos en una cazuela  y los cubrimos con agua fría con un poco de sal y un chorrito del vino blanco. Tapamos la cazuela y ponemos a fuego medio, para que se hagan al vapor. Iremos retirando los mejillones a medida que se vayan abriendo, evitando que cuezan y se queden correosos. Retiramos una de las valvas y los cubrimos con el agua en el que los hemos abierto (para que la carne no se seque) a la espera de mezclarlos con la salsa. 

Salsa

Picar la cebolla y pelar los tomates. Poner aceite en una sartén y freir la cebolla hasta que estén transparente. Añadir los tomates pelados y troceados, la sal, el azúcar y el vino blanco. Poner la guindilla en trozos grandes que nos sea fácil localizar si al rato los queremos retirar. Dejar hacer a fuego lento, durante una media hora, añadiendo caldo de los mejillones a medida que se va evaporando. A medio hacer, comprobamos el punto de picante, retirando las guindillas si no parece que ya está a nuestro gusto.

Cuando está bien hecha, pasamos la salsa a un bol para triturarla (cuidando de retirar la guindilla si no lo hemos hecho antes), ponemos los mejillones en la misma sartén en la que hemos hecho el tomate y los cubrimos con la salsa. Los dejamos un par de minutos para que se calienten y servirlos.

OBSERVACIONES:

Se puede hacer perfectamente con tomate en conserva, pero en ese caso recomiendo utilizar natural pelado, no tomate frito (se puede, pero resulta mucho más concentrado).

El punto picante es muy personal, desde luego la salsa debe estar “alegre”. En todo caso, comprobar cuando está a medio hacer, es lo mejor. Ojo, si se utilizan guidillas pequeñas porque se nos pierden en la salsa y si las trituramos con el tomate, el resultado puede ser abrasador.

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